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Directora de cine, actriz, cantante, ensayista, bailarina, profesora… enumerar sus múltiples talentos resultaría interminable.

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KAORI

MOMOI

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[eltdf_dropcaps type=”normal” color=”” background_color=””]N[/eltdf_dropcaps]ació el 8 de Abril de 1952 en Tokio, Japón. Con tan sólo 12 años de edad, viajó a la ciudad de Londres para estudiar en la British Royal Academy of Ballet. Después de tres años regresó a su país natal, donde la inspiración de estudiar para actriz le sobrevino tras ver la película They shoot horses, don’t they, de Sydeny Pollack, un film sobre parejas bailando día y noche para lograr hacer frente a la Gran Depresión de Estados Unidos. De esta manera, Kaori ingresó en la Escuela de Arte Dramático Bungakuza para emprender una admirable carrera en diversas disciplinas del arte y de la representación escénica.

Desde entonces ha trabajado de manera ininterrumpida en cine, televisión y teatro, ganando diversidad de premios a lo largo de una trayectoria de 40 años y más de 60 películas. Su debut cinematográfico se dio en el año de 1971, al interpretar el personaje de Momoyo en la cinta Ai Futatabi del director Kon Ichikawa. Tras su primera inclusión en la pantalla, se convirtió de inmediato en una actriz bajo el interés de los principales realizadores de Japón y posteriormente a nivel internacional. Su ascendente carrera la llevó a trabajar en Seishun No Satetsu (1974) de Tatsumi Kumashiro; en el clásico japonés The Yellow Handkerchief (1977) de Yoji Yamada; en Kagemusha del reconocido y multilaureado director Akira Kurosawa en 1980; en Why Not? (1981) de Shohei Imamura; Swallowtail Butterfly de Shunji Iwai en el año de 1996; Welcome Back, Mr. Mcdonald (1997) de Mitani Koki; y con Takashi Miike en la película Sukiyaki Western Django donde hizo el papel de Ruriko. Desde 1995 ha extendido sus actividades fuera de Japón al aparecer en The Sun, cinta dirigida por Alexander Sokurov, y en Memorias de una Geisha, dirigida por Rob Marshall.

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Con sus interpretaciones vinieron los reconocimientos. Ganó un par de ocasiones el premio a Mejor Actriz por parte de la Academia Japonesa, y uno más como Mejor Actriz de Reparto. Fue seleccionada también como mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de New York en 1983 por su papel en Giwaku, del director Yoshitarô Nomura. Desde el año 2005 vive en Los Ángeles y en 2007 hizo su debut como guionista y directora con Faces of a Fig Tree, reinventándose siempre al frente y detrás de la cámara. Ahora, Hee es su segunda película bajo este crédito.
A sus 64 años gusta de afrontar en todo momento nuevos comienzos. Es el mismo espíritu libre y ávido de conquistar toda escena como cuando tenía tan sólo 12; su actitud es igual rebelde que enfocada, dispuesta a compartir su opinión franca sobre la industria fílmica. Es este mismo ánimo el que la ha llevado a involucrarse, además de su actuación, en el terreno de la producción, dirección, escritura de guiones y el diseño.
Ha grabado más de una decena de álbumes como cantante, además de ser ensayista, diseñadora de joyería, escritora y profesora en la Universidad Joshibi de Arte y Diseño en Japón. Kaori aprendió a actuar gracias a la actuación misma, al deseo vertiginoso de devorar los escenarios, de estudiar personajes y de romper los límites del diálogo. Ahora es una leyenda del cine en Japón y a su vez un personaje que prefiere desvanecerse entre la población angelina, donde logra dejar de ser Kaori Momoi por un momento, y después regresa para entregarnos en cada ocasión que le place, la ambición propia del primer guión que lee una joven, el brío independiente de una actriz consolidada y el máximo respeto que merece una artista de su talla.

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